sábado, 27 de noviembre de 2010

De los 8 a los 32: Altered Beast

Creado y distribuido por Sega allá por 1988 (esto viene a ser casi prehistoria en el mundo del videojuego). Este título nos mete en el pellejo de un centurión que palmó en batalla. El tipo en cuestión es resucitado por Zeus para rescatar a la diosa Atenea (que digo yo que para ser una diosa no veas si es tonta los cojones torpe dejándose secuestrar). Pero no será fácil, amigos, pues para llegar hasta Atenea, nuestro centurión tendrá que acabar con zombies a cascoporro.
En nuestro camino hacia la gloria, nos encontraremos con lobos de dos cabezas azules (lo normal, vamos) que tendremos que matar para que nos den unas pequeñas bolas que hacen que nuestro centurión crezca cual Hulk para posteriormente y tras sucesivas tomas nos conviertan en una bestia parda (un lobo, un dragón...variará en función del nivel en el que estemos).


Jugando a este título sorprende (y sobretodo tras leer los Caballeros del Zodiaco) la mala prensa que tiene Atenea en Japón, que sirve poco más que para joderle la vida a todo el que la rodea, pero lo que realmente te hace pensar es el tema de las dichosas bolas. Las preguntas se hacen obligadas:
Vale que matando lobos acabes por convertirte en uno (no tiene sentido, aunque lo pasaremos por alto), pero...¿matar lobos para convertirte en un dragón?¿Qué mierda es esta, Sega? Y otro detalle aun más oscuro: ¿Qué puede contener una bola que hace que se te hinchen los músculos? no creo que sea colacao precisamente, ¿Tal vez Viagra?¿Algún tipo de droga dura? Yo me tiro a la piscina y apuesto por los esteroides, aunque de momento está complicado encontrar alguno que te transforme en lobo y mucho menos en dragón.
Un juego simplón aunque díficil de pelotas (no conozco nadie que haya pasado de la segunda fase) al que todo buen aficionado debería dedicarle al menos 5 minutos (6 ya sería abusar).

No hay comentarios:

Publicar un comentario