sábado, 27 de noviembre de 2010

Reseña de cómic: Bakuman


El dúo creador de Death Note (quién no querría tener un cuaderno de esos en casa, verdad chavales?) nos trae este manga que lleva por bandera aquello de "esforzarse mola".
El cómic en cuestión nos narra la vida de Moritaka Mashiro y Akito Takagi, un par de niñatos con pajaritos en la cabeza jovenes soñadores. Takagi es superdotado (no seais malpensados) y sueña con ser escritor, así que le propone a Mashiro (que es bueno dandole a los lápices) hacer un manga. El tio de Mashiro fue un mangaka que se suicidó por tener menos éxito que el video Beta, así que al principio no está mucho por la labor, pero al descubrir que el sueño de Azuki Miho (la japonesita de la que está encoñado perdido enamorado Mashiro) es ser dobladora de Anime (el mio es no tener que doblarla) acepta la propuesta de Takagi.
Estos prendas no aspiran a trabajar en cualquier revista de medio pelo, deciden ir a por todas (con un par) y publicar en la Shonen Jump (que viene a ser el equivalente japonés a publicar en la revista Mortadelo hace 40 años, pero sin autores que plagian a Franquin cobrando pasta gansa).
Lo que en principio podría parecer un argumento más estúpido que pensar que Pier Nodoyuna ganará algún día una carrera en los autos locos, esconde un trabajo más que interesante. La serie engancha desde el principio y está plagada de situaciones cómicas y personajes muy bien definidos. Otra cosa que nos ofrece es poder ver cómo funciona el negocio del manga desde dentro, y sinceramente, tras leer un par de tomos te das cuenta que currar de mangaka en Japón debe estresar bastante. El dúo de protagonistas se las ven putas  lo pasan mal semana si semana tambien, pero bueno, ellos son felices tratando de lograr su sueño.

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