Pocos podían imaginar que tras semejante lírica, mamarracha hasta decir basta y digna de la mismísima Tamara (Aka Yurena, Ámbar, Almíbar o como
Este simpático travestido no vive solo su desgracia, pues su padre Genma tiene una tara similar, con la diferencia de que en vez de mujer se transforma en panda (me refiero al oso, no al coche, ni que fuese un Transformer). La única manera que ambos tienen de volver a su estado natural es remojarse en agua caliente.
Pues bien, a su regreso de China se presentan en casa de Soun Tendo, un viejo amigo de Genma, que se encuentra con semejante estampa goyesca en la puerta de su casa. Soun vive con sus tres hijas (la Niña, la Pinta y la Santam... ah no, espera: la tonta, la pija y la machorra). Hasta aquí todo es relativamente normal, lo que realmente liará un cipote de cuidado es que ambos amigos habían pactado un matrimonio entre Ranma y la menor de ellas: Akane (si, habeis acertado, la machorra) y al principio ninguno está mucho por la labor. Sólo con el transcurso del tiempo y los tropecientos capítulos de los que consta la serie, sabremos el devenir de esta extraña pareja (y aun así, sólo el manga tiene final, pues la serie de animación quedó inconclusa).
Bazinga! te enseña a ahorrar: arma tu propio Pchan de papel y no te arruines el próximo Salón del Manga
*Estos estanques atienden a una lógica aplastante: El ente, bicho, animal de compañia o cosa que se ahogase en ellos es lo que hace convertirse en tal cual cosa. Es decir: si te caes al estanque donde se ahogó una rata, pues te conviertes en rata; si te caes a un estanque donde se ahogó un lobo, pues licántropo que te vuelves; que te caes a un estanque de vómito, pues te transfomas en Jimi Hendrix, y así sucesivamente.
Que Bonito Pchan De Papel.
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