Total, que pasaron los años y ya metido en la adolescencia, esa etapa de la vida en la que
El funcionamiento del juego era más de lo mismo, no necesitabas un master para aprender a jugar. Aquí no habia combos complicados ni tenías que usar el R1 para recargar ni cucamonas extrañas, disponías sólo de tres botones: el de saltar, el de dar hostias y el de hacer llaves.
El resultado era obvio: te divertias desde el principio y si ganabas luchabas contra otro oponente. Si perdías te ibas a casa (o te gastabas otros cinco duros).
Biff (no confundir con el malo de "Regreso al futuro"): El típico luchador rubiales que nadie elige. Lo odiaba.
Gunloc: Una copia barata de Guile. Me caia mal.
The great Oni: Luchador japonés que parecía sacado de un teatro Kabuki homosexual. Una basura.
Titán: Mi favorito de lejos. No tiene pinta de disfrutar de una buena lectura ni me lo eligiría de pareja para jugar al Trivial, pero sabiendo que su lema es "cuando la razón falla prevalece la fuerza" sobra cualquier mierda intelectual y lo conviertes en tu luchador fetiche sin pensártelo.
El Stingray: Luchador mexicano enmascarado (me resulta familiar...). Bastante ágil pero más blando que la mierda de pavo.
Haggar: Este Freddie Mercury hormonado es otro de mis favoritos (soy un nostálgico de Final Fight, lo reconozco).
Grater: Un gordales pelirrojo. Lento pero efectivo.
Rasta: Un tipo asalvajado que siempre aparece acompañado de su mono (como Marco, sólo que Rasta no buscaba a su madre, probablemente se la comió).
Jumbo: Otro
The Scorpion: Nada que ver con el grupo de música. El boss final del juego y por lógica el más difícil de derrotar.
En definitiva, un juego entretenido, sencillo y sin más pretensión que la de hacerte pasar un rato agradable.
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